martes, 4 de septiembre de 2007

Identidades


La llegada del verano suele ser buena excusa para dedicarse a actividades más o menos intrascendentes, ociosas e incluso frívolas. En un país como el nuestro, tan acuciado por las urgencias identitarias es un auténtico pecado de “lesas patrias” no aprovechar estos meses para aclarar una de las dudas más vitalmente profundas y más intelectualmente seductoras que embargan a todo vasquito de a pie. ¿Qué se siente usted más: vasco, español, navarro, francés, de todo un poco, nada, cuarto y mitad?