martes, 19 de junio de 2012

El mínimo común de CONFEBASK



El Presidente de la patronal Vasca CONFEBASK, Miguel Ángel Lujua pidió ayer en un encuentro en el Fórum Europa-Tribuna Euskadi, una especie de acuerdo de mínimos en torno a “cuatro o cinco cosas para que todo vaya mejor en la economía”.

Como supongo, y digo supongo, que parte de los destinatarios de esa petición debieran ser las organizaciones representativas de los y las trabajadoras, al estar hablando del máximo representante de una organización empresarial, me atrevo a sugerir esos “cuatro o cinco puntos”. Me limito a cuestiones de carácter laboral, fundamentalmente en materia de negociación colectiva y que entran de lleno en el terreno de la “autonomía de las partes”, tan valorada por CONFEBASK históricamente en contraste con su actitud actual.
  • ¿Podría ser un punto de acuerdo mínimo que corresponda a las partes (representación de empresarios y trabajadores) escenificar los espacios de negociación y acordar las reglas del juego que vertebren el desarrollo laboral y las relaciones capital-trabajo?
Parece que si este punto no diera para un acuerdo de mínimos es porque alguien piensa que los espacios y reglas de la negociación deben hacerse al margen de las partes, en un intervencionismo externo que no parece compatible con organizaciones empresariales y sindicales dinámicas y que tengan confianza en su propia capacidad de ordenar lo más propiamente suyo: la negociación colectiva.
 

Fórum Europa.
Hablando Miguel Ángel Lujua, Presidente de CONFEBASK
Escuchando, al ladito, ente otros, yo.
 
  • ¿Podría ser un segundo punto de acuerdo mínimo poner en valor el convenio de carácter sectorial como generador de reglas colectivas, entendiendo que difuminar en un mapa masivo de PYMES y micro-empresas las reglas del juego, acaba por constituir un escenario de conflicto?
Parece que si este punto no diera para un acuerdo de mínimos es porque alguien piensa que fragmentar, atomizar, compartimentalizar, balcanizar los ámbitos de determinación de derechos y obligaciones laborales (convenios) es un escenario deseable. Debiera especificar eso CONFEBASK. No vaya a ser que de fondo se plantee una pinza con el modelo de negociación colectiva de ELA.

  • ¿Podría ser un tercer punto de acuerdo mínimo que independientemente de las necesidades específicas de las empresas en contextos coyunturales las partes deben priorizar el convenio sectorial, dando prevalencia al mismo?
Parece que si este punto no diera para un acuerdo de mínimos se busca la fragmentación citada como un elemento de competencia del coste laboral a la baja y desregulación laboral en un territorio con inmensa mayoría de empresas de muy reducido tamaño. No parece el modelo de competencia adecuado en una economía abierta.

  • ¿Podría ser un cuarto punto de acuerdo mínimo que en materia de vigencias de convenio colectivo las partes, dentro de las competencias de la negociación colectiva, se exhorten para buscar acuerdos que mantengan los convenios vencidos conservando la estabilidad?

Parece que si este punto no diera para un acuerdo se estuviera buscando forzar por la vía de los hechos la desaparición de los convenios colectivos territoriales, diluyéndolos en los estatales (en caso de existir) o del mínimo legal que pueda recoger la normativa vigente (en caso de no haber convenios estatales). Extraña forma de defender el marco vasco, cercano a las empresas y sus realidades que suele reivindicar CONFEBASK y sus asociados.

  • ¿Podría ser un quinto punto de acuerdo mínimo que para la inaplicación de lo pactado en convenio colectivo o pacto (siempre que concurran causas) las comisiones paritarias deban abordar y resolver en su seno los temas puestos a consideración?

Parece que si este punto no diera para un acuerdo se estaría buscando conflictivizar las inaplicaciones de lo pactado, judicializar las relaciones laborales, camino siempre complicado y poco recomendable para la estabilidad en las empresas en esta coyuntura de crisis larga e intensa.



Estos cinco puntos no están extraídos de las ponencias o las tablas reivindicativas de ningún sindicato. Son copias prácticamente literales del acuerdo de Negociación Colectiva en Navarra, suscrito por CC.OO., UGT y CEN hace apenas unos días. Son igualmente compatibles y en la misma línea que lo recogido en la mesa de negociación (que no llegó a ser de acuerdo entonces por una cuestión -el arbitraje obligatorio- que hoy ha abordado de la peor forma la Reforma Laboral de Rajoy) de hace unos meses entre CONFEBASK, CCOO, LAB y UGT.


Hablan los cinco puntos, en efecto, de ámbito de convenio, de ultraactividad, de procedimientos para que cuando se plantee una inaplicación de lo pactado haya equilibrio, garantías  e intervención de las partes para evitar abusos. Hablan de modernizar la negociación colectiva, los convenios e incluso los agentes sociales. Hablan de sustituir viejas inercias del ajuste mediante la destrucción de empleo por elementos de adaptación pactada en función del ciclo económico y su afectación a la empresa.


No hablan de insumisión patronal a la reforma ni de “no aplicar la reforma”. Hablan de autonomía colectiva frente al intervencionismo exagerado de la norma rígida en la realidad empresarial dinámica.


Hablan, en definitiva, de lo que venimos hablando y teorizando en los últimos años y que llevó al “milagro” de mover, siquiera temporalmente el perverso tablero de las relaciones empresariales-sindicales e inter-sindicales vascas.


Si las Organizaciones Empresariales no son capaces de abordar con seriedad estos temas, es difícil creer que los “puntos de acuerdo sobre un mínimo común” con el que emplazan a instituciones, partidos y agentes económicos y sociales, sean más que un slogan publicitario con el que ocultar la profunda regresión instalada en los últimos meses. Objetivamente una pinza con la lumbrera síndico-corporativa que hace caja con no resolver ni un problema y tratar de crearlos todos…

lunes, 4 de junio de 2012

Greguerías financieras



Las entidades financieras españolas tienen crédito concedido en operaciones inmobiliarias por 1 BILLÓN de euros. 600.000 millones a familias. 400.000 millones a promotores, de los cuales 150.000 euros son en suelo (pedregales y cosillas de esas). Para prestar, pidieron y deben al exterior (otros bancos) unos 700.000 millones de lereles. 
Bueno, pues el ínclito Roig de Mercadona dice que o se trabaja más por menos o nos intervienen. Y le sacan en la tele... Pues eso.




Dice la Comisión Europea que los tratados no permiten que los bancos recurran directamente al fondo de rescate europeo para capitalizarse y evitar su quiebra; deben ser los estados los que pidan rescate. Las entidades financieras españolas prestaron a operaciones que ahora son ruinosas. Para esos préstamos ahora ruinosos tuvieron que pedir prestado... ¿A los estados? No. ¿A entidades financieras? Sí ¿De dónde? De países donde se acumuló una gran cantidad de capital y ahorro (superávits por balanza comercial y de cuenta corriente). ¿Por ejemplo? En efecto y entre otros, Alemania y el Deutsche Bank. 
¿Quién tiene que llamar al socorrista? ¿La entidad financiera que hinchó la burbuja? ¿El país que promovió la burbuja? ¿La entidad financiera que financió a quien financió la burbuja? ¿El país que diseñó la financiación de financiadores de burbujas de sobreendeudamiento que creó una demanda para dar salida a la inmensa oferta de ese país diseñador?


Pues aunque parezca un sketch de Ozores, los desequilibrios que se dopan con crédito, la unión monetaria sin unión política y fiscal, traen estas cosas.


¿Cómo terminaba Ozores? Ah, sí... "De todos.... los españoles"