domingo, 18 de noviembre de 2012

¿Existen fuerzas suficientes en Europa para modificar el marco economico y monetario de la Eurozona?


El Muro cede la palabra a Antonio Gutiérrez con una colaboración para la Fundación 1mayo de CC.OO. en un foro de debate económico

http://www.1mayo.ccoo.es/nova/ 


Antonio Gutiérrez


La respuesta más precisa y escueta a la pregunta del encabezado podría limitarse a un rotundo monosílabo: NO. Pero sería también una tosca manera de abortar a la primera de cambio esta loable iniciativa del Foro de Debate Económico de la Fundación 1º de Mayo de CC.OO., cuyos promotores son los que acertadamente han formulado la cuestión. Porque o se produce un cambio sustancial o la orientación política actualmente predominante en la Unión Europea y los intereses por ella representados va camino de dinamitar la Unión Monetaria, desvanecer el anhelo de Unión Económica y finalmente hacer del proyecto europeo una especie de “utopía frustrada”; ya que en lugar de culminar el mayor espacio común  de libertad, progreso y equidad, regido con la democracia más avanzada del mundo, se quedaría en un vasto mercado regulado con una ley fundamental: la del más fuerte; y una sola posición a adoptar: la que le permita a cada cual el ordinal que haya sido capaz de alcanzar en ese mercado

viernes, 16 de noviembre de 2012

14-N. Esto era




El 14-N es un éxito de participación. Es un hito cualitativo por el ámbito de la convocatoria internacional. Es una excelente y sólida base de convergencia social por la amplitud del apoyo que ha recibido.


Tal es así que quienes ya tenían su pluma o responso preparado para anunciar el “enésimo fracaso sindical” han tenido que desviar el tiro, tratando de desvincular el incontestable éxito de las manifestaciones del seguimiento de la huelga.


No señoras y señores. La huelga ha sido el catalizador necesario para se vivieran manifestaciones históricas. Lejos del argumento tendencioso que pretende disociar respuesta social y respuesta sindical, el 14-N constata la naturalidad con la que distintas organizaciones e iniciativas sociales convergen cuando se trabaja desde la colaboración, el respeto y el no-sectarismo.

En Euskadi la convocatoria tenía sus propios condicionantes. El esquema buscado por algunas organizaciones sindicales de huelgas separadas estaba preparado desde julio para un esquema maniqueo España Vs Euskadi. La convocatoria europea cambió ese esquema, por más intentos que se hayan hecho de devaluar ese elemento internacional para vestirlo de una huelga de CCOO-UGT. Algunos no es que tengan esquemas caducos. Es que parecen necesitar esquemas caducos.

El seguimiento limitado del paro laboral era previsible. La sombra del huelgón del 29-M en Euskadi es larga, y deja bien a las claras que la división no resta: divide y hastía. El 26-S y el 14-N juntos, no suman ni la mitad del paro de marzo.

Esperemos que las reflexiones colectivas que se piden desde algunos ámbitos cristalicen en algo más que intenciones. No es de recibo el continuo circo sindical en Euskadi y la búsqueda de mínimos comunes denominadores es inexcusable ante la gravedad de los tiempos que vienen.


En todo caso el espectacular seguimiento de las manifestaciones (muy numerosas a la mañana y a la tarde, significativamente plurales las de la tarde) dejan muy buen sabor de boca.


Pero sin duda la dimensión internacional de la jornada de movilización es un valor en sí. Y más lo será en tanto en cuanto sirva para reforzar una acción sindical más coordinada en Europa. Una auténtica confederación sindical.


La crisis ha reventado las costuras del modelo de construcción europea. Unión monetaria y espacio común, pero no unión económica, ni política, ni fiscal. Sin redefinir ese modelo político-económico las perspectivas son nefastas.


Pero en esa redefinición nos jugamos todo. O se avanza en una federalización democrática de Europa con políticas económicas coordinadas o va a prevalecer el interés económico
a-democrático por la vía de los hechos. Una especie de dicta-blanda (“la democracia en conformidad con el mercado” Merkel dixit) para aplicar una política económica única.


Ahí el sindicalismo europeo tiene que decidir si juega un papel y que papel juega. CC.OO. lo ha jugado en grado máximo. No para dar sostén o legitimidad a ninguna movilización propia, como ridículamente se ha argumentado en algunos círculos, sino para integrar espacios clásicos en uno novedoso en el que se van a decidir cosas fundamentales.

La jornada del 14 debe suponer un antes y un después. En ese camino seguiremos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

14-N Frente al repliegue resignado, el despliegue de la esperanza.


(Artículo publicado el 12 de noviembre en EL Correo)

La Confederación Europea de Sindicatos ha convocado el 14 de noviembre una jornada de acción y solidaridad. Se traducirá en varias huelgas generales (Portugal, Grecia, España, Italia), manifestaciones y movilizaciones. En Euskadi una vez más las disputas inter-sindicales, en este caso entre ELA y LAB (negativa de la segunda a convocar, que hizo a ELA desdecirse de su posición en Bruselas) rompe la respuesta que CC.OO. viene reclamando

El 14-N se da tras consensuar una resolución que denuncia las políticas austeridad y reivindica un Contrato Social para Europa. El sindicalismo europeo como agente activo ante los problemas que conlleva la insuficiente construcción política de la UE, construye un consenso difícil ya que la realidad sindical no es ajena a las situaciones que se dan en los distintos países.

El déficit político europeo, la intensidad y duración de la crisis trae riesgos implícitos: la desafección de la ciudadanía de la política, sugestionada por el espejismo del sálvese quien pueda; las respuestas a los problemas en claves de “repliegue”, sea éste sectorial-corporativo, territorial o individualista. Esto supone profundizar más y más en la atomización y déficit institucional de Europa, y reforzaría la hegemonía de actuación a los poderes financieros y económicos.

El 14-N constituye una respuesta común desde la diversidad, un relato básico compartido ante la crisis. Construido desde un mínimo común denominador como no puede ser de otra forma ante tal pluralidad sindical. Arma una posición común, coherente y sólida frente al riesgo de disgregación descrito. Y lo hace desde una iniciativa de movilización diversa en países diversos: Europa y el apoyo del sindicalismo latinoamericano y de la Confederación Sindical Internacional.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Las máscaras de la crisis. Europa a la deriva


He participado en la presentación del libro “Las máscaras de la crisis. Europa a la deriva” del profesor de Economía en la Universidad de Deusto, Francisco Rodríguez Ortiz. En un acto organizado por la Fundación José Unanue y la Federación de Irakaskuntza de CC.OO. de Euskadi hemos hecho tres exposiciones para dar paso luego a un interesante coloquio con los participantes.

El libro es del máximo interés y de la máxima vigencia. Contiene elementos descriptivos de la pre-crisis y de la situación actual desde parámetros económicos, pero también políticos.

Del máximo interés porque se introduce en la siempre compleja materia económica con afán pedagógico. Vamos, que con algo de esfuerzo se puede leer y se pueden entender gran parte de las cosas que nos están pasando.

De la máxima vigencia no hace falta decir por que, pero recomendaría la reflexión interesantísima sobre el modelo político que subyace detrás de la construcción monetaria pero no económica ni política de Europa. Y las opciones que hay en el futuro.

Por si fuera poco, el momento es idóneo en relación con el 14-N y la convocatoria europea que desde la Confederación Europea de Sindicatos hemos realizado. En tiempos de estrecheces autarquistas sindicales y de riesgos populistas varios, es muy recomendable.