viernes, 26 de octubre de 2012

Encuentro Florencia. El 14-N suma y sigue



El Congreso Internacional organizado por la CGIL Toscana ha tenido una participación de lujo y sobre todo un incuestionable don de la oportunidad. Bajo el título "L´Europa del lavoro e della crescita" responsables sindicales, políticos, profesores universitarios y periodistas económicos hemos debatido sobre el trascendente papel que Europa y el sindicalismo europeo debe jugar desde ya.



Imagen general

La convocatoria por parte de la CES de una jornada de movilización el próximo día 14 de noviembre en toda Europa, y la presencia entre otros del Presidente del poderoso sindicato alemán DGB incluso daban un punto morboso al encuentro. ¿Qué posición mantendría el sindicalismo alemán cuando se sitúa al Gobierno germano como principal responsable de las políticas de austeridad que estrangulan cada vez más a los países endeudados? ¿y sobre el 14-N?

La jornada no defraudó las expectativas. Michael Sommer, la DGB, confirmó que organizará movilizaciones. Sin duda la foto de la manifestación de Berlín es uno de los valores cualitativos del 14-N.

Por si fuera poco, la CGIL ha anunciado la convocatoria de la huelga general, de tiempo parcial y con convocatorias de asambleas en todo el país y distintas manifestaciones.
Mesa. Interviene Camusso
Están pendientes de la contestación del resto de sindicatos italianos para que sea unitaria y el anuncio fue seguido de una atronadora ovación a Susanna Camusso.

Fausto Durante, Secretario para Europa de CGIL, sintetizó por tanto el innegable hito que se está forjando para el 14 de noviembre. Huelgas Generales convocadas en Portugal y España que se completarán en los próximos días con convocatorias en Italia, Grecia, Chipre y Malta. Manifestaciones sindicales en otros países como Alemania, Bélgica y Francia.

Además de esto tuvo el máximo interés el conjunto de intervenciones. En el terreno de las  coincidencias se desprende cada vez un discurso más homogéneo en los sindicatos presentes. Además de las apelaciones clásicas a la "Europa será social o no será" (bramado por Sommer-DGB con enorme intensidad), se habla  de forma abierta de la insuficiente institucionalización de la Unión Europea. Profundización democrática de las instituciones comunes es una constante.


Hubo varias apelaciones de Sommer muy relevantes. Apeló a una defensa moral de Europa. Recordando el golpe de Hitler (referencia impactante) al parlamento exigiéndole para su Ejecutivo las competencias del legislativo, habló del interés común para evitar salidas en claves xenófobas a la crisis.
Fue beligerante con el pacto fiscal construido por un pacto de estados frente a las instituciones europeas cuyo necesario reforzamiento pidió de forma nítida.

Su visión de Alemania no fue nada triunfalista. Habló del 25% de trabajadores que no podrían vivir de su sueldo. Pese a reivindicar el papel de los sindicatos alemanes en 2.008 y 2.009 a través de los pactos de flexibilidad interna, formación dual y políticas activas de empleo, no dudó en señalar que se ha perdido la batalla por la disgregación política.

Concluyó hablando de la sensación aun persistente en su país de poder librarse del tsunami de la crisis confiados en su enorme capacidad exportadora para acabar defendiendo estrategias compartidas del sindicalismo europeo y confirmar su convocatoria del 14-N. La ovación fue de gala.


Susanna Camusso Secretaria General de CGIL y ante un aforo abarrotado, ha tenido un discurso de calado político incidiendo muchísimo en la crisis de gobierno global. Ha hablado sin tapujos de la necesidad de ceder soberanía de los estados a las instituciones comunes. Eso sí, ha dejado claro que tal cesión no se puede plantear sin trasladar a la ciudadanía a quien se cede. Un quien democrático.
Susanna Camusso. CGIL

Al igual que Sommer ha alertado sobre el  peligro del fracaso de una institucionalización democrática de Europa capaz de gobernar los procesos económicos. No tememos Europa como perspectiva política sino como un construcción de rigores, que defienda los intereses de los bancos y la economía en lugar del trabajo. Los peligros los ha situado en el populismo, el nacionalismo y la vuelta a la etnia.

Ha aportado un matiz valioso al vincular la ruptura democrática con la pérdida del trabajo como elemento central de la construcción de la democracia social, en una línea argumental interesante en la que no ha profundizado entre otras cosas por cuestión de tiempo.

Tras poner en valor el modelo social europeo, hablar de la necesidad de estádares comunes de mínimos ha emplazado a los partidos de izquierda (por un lado) y a los sindicatos (por otro) a trabajar en una carta común sobre funciones, roles, instituciones etc. en el marco europeo.

Referencias al sentido de la memoria como recordatorio de lo que fue la Europa fragmentada de la guerra y las invasiones, han servido para terminar con un alegato europeísta y la confirmación de la convocatoria de huelga de CGIL llamando a la unidad a UIL y CSIL.

La intervención de Toxo, de CC.OO., aunque esté mal que lo diga, fue brillante. Partió de una crítica y autocrítica. A la izquierda, sin alternativa con recorrido tras cuatro años de crisis. Al sindicalismo europeo incapaz hasta ahora de situarse y visualizarse como un alternativa de movilización y propuesta fuerte y viable.


Después hizo un relato ligando la crisis económica global con la falta de adecuación institucional democrática ante la globalización. Explicó la crisis propia de España y su segura explosión incluso si no se hubiera precipitado la crisis financiera de 2.008.

No me extiendo más porque buena parte de su intervención es la que el sindicato tiene y merece otro artículo. Sin embargo destacaría una reflexión sobre la solidaridad. El 14-N más que solidaridad del norte con el sur, ha de ser una movilización común, integrada y en defensa propia. La caída de los sistemas sociales del sur no sería un parapeto del centro y norte europeo. Más bien al contrario son la punta de lanza del cambio de paradigma político, económico y social que la auténtica rebelión de las élites que estamos viviendo están impulsando en Europa.


De forma circular esta visión coincidía con el regusto amargo que se desprendía de las palabras de Sommer cuando se sinceraba diciendo que Alemania sigue instalada en el espejismo de su isla de bienestar.

Estas explicaciones desde distintas realidades nacionales y económicas, desde distintas posiciones relativas en una relación de países deudores y acreedores, hacen pensar que es posible conciliar una visión compartida de lo que está ocurriendo y nos va a ocurrir. Muy matizada seguro, pero el germen está ahí. Es necesario impulsarlo.



El sindicalismo, el mundo del trabajo, la defensa de modelos de sociedad decentes... necesita la referencia del sindicalismo europeo. El 14-N es un hito en la construcción de esa referencia. Eppur si mouve desde Firenze.

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