Fran es un guía
que trabaja en una empresa que organiza “tours”
por Escocia para turistas. Este verano nos contaba que en Edimburgo residen
16.000 españoles registrados en el consulado de la ciudad, pero que otro tanto
o más, viven allí sin estar registrados. Cotejados los datos, veo que no le
andan desencaminados situando el propio Cónsul en 12 mil y 25-30 mil respectivamente las cifras citadas, hace un año.
Nos relataba
también (Fran, no el Cónsul…) algunas de las “ayudas” que recibían por vivir y
trabajar allí (un día) respecto al alquiler, la educación y otras. Interpretaba
él que el flujo de inmigración en edad laboral y con una escasa utilización de algunos
servicios públicos (la sanidad por cuestiones de edad, la educación porque
suelen ir sobrecualificados, etc.) le viene bien económicamente a Escocia. De forma paralela a un sistema de contratación muy flexible tienen una red de
protección social importante. Nos decía que si pierden eventualmente el
trabajo, la administración se hace cargo del alquiler de la vivienda, incluso
aunque el pago del mismo sea alto. De esta manera se posibilita mantener un nivel de
gasto y ahorro apreciable y una satisfacción razonable de los “inmigrantes”.