martes, 3 de abril de 2012

Crónica crepuscular de un martes santo

Tal día como anteayer a lomos de un borriquillo entraba el Mesías en loor de ramos por las pedregosas calles de Nazaret. Tal día como pasado mañana los ramos se convertían en lanzas y al bueno de Jesús se lo llevaban para darle el paseíllo hasta el Calvario. Y eso sin prima de riesgo, presión de los mercados ni consolidaciones fiscales. Eso sí, Imperio ya había y Poncio Pilatos ya se lavaba las manos como el presunto Corregidor Ausente pontevedrés que, dicen, gobierna.

Viene esto por los ritmos de desgaste que acarrea esta crisis. Esta semana incluso toman cuerpo discursos que dicen que ya no estamos en crisis. Que esto a partir de ahora es así. Me imagino el susto de las huestes del Corregidor pensando que los resultados electorales del otro día o el espectacular siguimiento del 29-M no sean flor de un día, sino la constatación de que hay un problema social cada vez más explícito entres las políticas decretadas y partes crecientes de la sociedad.

Mal harían en no tomar nota. Pegar patada a seguir y echar la culpa al Tiberio de turno que nos exige desde Europa ya no diluye responsabilidades. Al contrario, cada vez más hace ver en la sociedad que el "demos" de la democracia se sustituye por el "acreederum" de la acreedor-cracia. Es decir, el gobierno de los acreedores, básicamente financieros.

Constatado el rechazo muy sustancial a la reforma laboral, la brillante idea de la aministía fiscal es otro paso en el desapego creciente de la ciudadanía respecto al espacio público. Que se haga apelando al patriotismo de los defraudadores, e incluso se les dé una coartada moral otorgándoles que ahora sí, "regularizarán" su situación al tener confianza en el proyecto del país, y antes no, es de un cinismo mayúsculo. Que la opción alternativa se diga que era "subir el IVA" es para temblar. ¿Cuánto se espera recaudar con la amnistía? ¿En qué plazo? Digo para saber cuando viene la subida del IVA...

Decía Bañez desde el realismo mágico que la reforma era para crear empleo. Luego que no. Después el argumento de profundidad intelectual digna de tertulia futbolera: "algo había que hacer". Piensan Guindo´s o Montoro, ya hablando en serio, que esta reforma es para devaular salarialmente el país, ahora que la moneda no se puede devaluar. Viejas recetas la de la amnistía (fiscal) y la de la devaluación. A la vez se sube la electricidad, el gas, no tardará el IVA; ajuste brutal en los presupuestos.

Haber dado todas las bazas a los empresarios implica que las reducciones salariales se estén dando en sectores expuestos a la competencia externa, pero de forma muy significativa en sectores de servicios no expuestos a tal competencia. O sea, aquellos que han sido inflacionistas por no estar disciplinados por la necesidad de competir en el externo y creados al calor de la burbuja crediticia que sustentó la demanda interna.

Se rebajarán precios, si, por la vía de una recesión económica y un empobrecimiento de la sociedad que hará caer la demanda interna. Más paro. Han despreciado un acuerdo de moderación salarial acompañado de un sistema de regulación compartida de la flexibilidad interna como alternativa al despido y a la destrucción de empresas. Han optado por una reforma clasista, resignada, incapaz de alentar nuevas prácticas laborales y empresariales. Un estado de sitio o de excepción, o los dos, sobre la negociación colectiva.

Fueron a desvirgar catacumbas, a profanar el derecho laboral pensando que no había nadie. Y fíjense. Salió el 29-M. Como un Espartaco digno y cabal en una de romanos. Como los vientos de pandora. Como civismo de clase que se abrió en la primavera más difíci, que ya es la primavera más interesante.

5 comentarios:

Erre Emecé dijo...

Si es que no cesan de darnos motivos, vamos, que lo están pidiendo a gritos. Por eso es necesaria una lucha sostenida en el tiempo de los trabajadores/as y el movimiento sindical contra el capital y las salvajes medidas de su gobierno titiritero...

Anónimo dijo...

un artículo y reseña de un nuevo libro de Juan Francisco Martín Seco, muy interesante-

Javi Calle

Anónimo dijo...

este es el enlace
http://www.cuartopoder.es/tribuna/la-economia-mentiras-y-trampas/2610

JaviC

Anónimo dijo...

Busquemos las raices del problema, que además permiten su enrocamiento.
Aquí dejo una humilde reflexión y llamada de atención para los sindicatos:
Desde hace tiempo las políticas económicas, laborales y fiscales destilan menosprecio hacia las personas que viven de su trabajo (y para colmo se les imputa ahora responsabilidad en esta crisis).

¿Es esta tendencia ajena a las orientaciones de la educación universitaria, en particular, a los aspectos prevalentes de la formación universitaria en economía y en dirección y administración de empresas?

En el marco del predominio de la doctrina económica neoliberal a la que la mayoría de académicos no han rechistado, y desde hace décadas, se ensalza el "mercado libre" y "la empresa", de la cual se dice conforma "el sector productivo" y crea "empleo". Todo positivo. La "empresa" en el altar, tanto que los jóvenes hace tiempo perdieron el interés por estudiar "Economía", antaño opción mayoritaria, siendo ahora mucho más alto el número de matriculados en "Dirección y Administración de Empresas".

Al mismo tiempo, en los mismos foros, la referencia general, expresa y continua hacia los asalariados (trabajadores por cuenta ajena, funcionarios ...) es su consideración como "coste", algo en sí negativo, silenciando sutilmente su valor como auténtico "sector productivo", y recordando muy poco su condición humana, salvo en lo que concierne a su faceta de consumidor (cuestión ésta muy estudiada). Esto es, la persona trabajadora dentro de la empresa es siempre un "coste", y fuera de la empresa es un "consumidor", un potencial cliente.

Durante décadas, estas ideas fuerza han sido transmitidas con toda normalidad a través de los planes de estudios en economía y, particularmente, en dirección y administración de empresas (y parece que así van a continuar en los nuevos grados), y por tanto, han alimentado intelectualmente a buena parte de las actuales élites empresariales, financieras, directivos/as de empresa, y políticos/as, cuya trayectoria se ha reafirmado pese a los errores puestos de manifiesto por la crisis. ¿Podemos esperar otra cosa de ellos/as?.

Cabe recordar que entre los derechos humanos universales se enumeran varios derechos económicos, sociales y culturales (además de otros civiles y políticos). Convendría analizar los planes de estudios universitarios en economía y ADE para ver si su enseñanza se cumple o se omite. Si efectivamente viene ocurriendo esto último, como sospecho, no podemos esperar que las citadas élites comprendan (y por ello respeten) lo que ni siquiera conocen.

La autonomía universitaria no puede servir de justificación para el adoctrinamiento en las directrices políticas económicas neoliberales deliberadamente ignorantes de los derechos humanos sociales y económicos.

Si, como hasta ahora, los sindicatos no prestan atención al diseño de los planes de estudio universitarios, estarán contribuyendo a perpetuar una de las más importantes raices del problema.

Anónimo dijo...

Desde hace tiempo las políticas económicas, laborales y fiscales destilan menosprecio hacia las personas que viven de su trabajo (y para colmo se les imputa ahora responsabilidad en esta crisis).

¿Es esta tendencia ajena a las orientaciones de la educación universitaria, en particular, a los aspectos prevalentes de la formación universitaria en economía y en dirección y administración de empresas?

En el marco del predominio de la doctrina económica neoliberal a la que la mayoría de académicos no han rechistado, y desde hace décadas, se ensalza el "mercado libre" y "la empresa", de la cual se dice conforma "el sector productivo" y crea "empleo". Todo positivo. La "empresa" en el altar, tanto que los jóvenes hace tiempo perdieron el interés por estudiar "Economía", antaño opción mayoritaria, siendo ahora mucho más alto el número de matriculados en "Dirección y Administración de Empresas".

Al mismo tiempo, en los mismos foros, la referencia general, expresa y continua hacia los asalariados (trabajadores por cuenta ajena, funcionarios ...) es su consideración como "coste", algo en sí negativo, silenciando sutilmente su valor como auténtico "sector productivo", y recordando muy poco su condición humana, salvo en lo que concierne a su faceta de consumidor (cuestión ésta muy estudiada). Esto es, la persona trabajadora dentro de la empresa es siempre un "coste", y fuera de la empresa es un "consumidor", un potencial cliente.

Durante décadas, estas ideas fuerza han sido transmitidas con toda normalidad a través de los planes de estudios en economía y, particularmente, en dirección y administración de empresas (y parece que así van a continuar en los nuevos grados), y por tanto, han alimentado intelectualmente a buena parte de las actuales élites empresariales, financieras, directivos/as de empresa, y políticos/as, cuya trayectoria se ha reafirmado pese a los errores puestos de manifiesto por la crisis. ¿Podemos esperar otra cosa de ellos/as?.

Cabe recordar que entre los derechos humanos universales se enumeran varios derechos económicos, sociales y culturales (además de otros civiles y políticos). Convendría analizar los planes de estudios universitarios en economía y ADE para ver si su enseñanza se cumple o se omite. Si efectivamente viene ocurriendo esto último, como sospecho, no podemos esperar que las citadas élites comprendan (y por ello respeten) lo que ni siquiera conocen.

La autonomía universitaria no puede servir de justificación para el adoctrinamiento en las directrices políticas económicas neoliberales deliberadamente ignorantes de los derechos humanos sociales y económicos.

Si, como hasta ahora, los sindicatos no prestan atención al diseño de los planes de estudio universitarios, estarán contribuyendo a perpetuar una de las más importantes raices del problema.