sábado, 11 de enero de 2014

Sobre la manifestación del 11 de enero

Este artículo está suscrito por Santi Bengoa, Josu Onaindi y Unai Sordo, secretarios generales de CCOO de Euskadi desde el año 1987 hasta la actualidad


La actual política del Gobierno sobre la situación terminal de ETA y la consiguiente normalización política en Euskadi es un disparate.

Los anuncios hechos en las últimas semanas sobre la disposición del colectivo de presos a tomar una estrategia distinta, deben ser el penúltimo paso para la desaparición de ETA.

Este momento es histórico para el país y viene precedido de otros momentos históricos. Fundamentalmente el anuncio del fin de ETA y como se ha ido concretando este final. Sin ejercer ningún tipo de interlocución  sobre cuestiones  políticas y sin ninguno de sus objetivos logrados. Eso es un logro y un activo indiscutible de la democracia y de la sociedad. 


Este momento debe ir acompañado de políticas inteligentes que contribuyan a dar el carpetazo a un periodo negro de nuestra historia, y pongan las bases de una convivencia futura en Euskadi. No debemos resignarnos a actuaciones en claves de pasado, sino mirar al futuro para trabajar por una sociedad más integrada.

No es de recibo poner palos en las ruedas, ni dar vueltas de tuerca en la política penitenciaria en este momento. Tampoco de prohibir manifestaciones que todo el mundo sabe que no van a tener nada que ver con apologías de nada. Es insoportable la frivolización con el cuestionamiento de derechos fundamentales en esta ola de neo-autoritarismo.

Más allá de quien convoque o deje de convocar la manifestación del sábado 11 de enero, es obvio que va a ser masiva y va a ser una expresión del rechazo al enrocamiento del Gobierno, que actúa atendiendo a vaya usted a saber qué urgencias propias. Muchas personas militantes de CCOO van a acudir a esa manifestación, como no puede ser de otra forma.

Nadie va a enseñarnos a algunos el significado de defender los derechos humanos, el acuerdo y la paz. Son ADN de CCOO de Euskadi que ha defendido siempre, a veces en circunstancias muy adversas, a veces casi en solitario.

Algunos siempre hemos defendido todos los derechos humanos sin relativizarlos como expresiones de conflictos; siempre hemos hablado de la necesidad del acuerdo entre distintos como forma de entender la convivencia en un país plural, sin apelar al bloqueo ni a la acumulación de fuerzas; siempre hemos defendido la paz como elemento pre-político para la convivencia.

Euskadi va a avanzar en su camino, en nuestro camino, y creemos que ningún interés espurio va a descarrilar este viaje sin retorno.


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