Repercusión económica en la Eurozona de un eventual Grexit
Mucho
se ha especulado sobre las consecuencias de la hipotética salida de Grecia del
euro. Sin duda hay consecuencias difíciles de evaluar a priori en el plano geopolítico por la estratégica posición que
tiene Grecia y que tienen bastante que ver con lo desmesurado de su gasto
militar.
Se
pone el acento en que el posible “Grexit”
o el impago griego se darían en una situación mucho menos vulnerable que en
años precedentes. Las políticas emprendidas desde entonces han trasladado el
riesgo de agentes financieros privados a públicos en buena medida, lo que
contribuye (nunca mejor dicho) a minimizar los riesgos de los primeros e
incrementar los de los segundos.
La
cuestión de Grecia debe ser interpretada no sólo en términos economicistas sino
en términos políticos. Parece evidente que las escaramuzas en la negociaciones con
el Eurogrupo previas a la convocatoria del referéndum, no se explican sin la
variable política de deslegitimación del Gobierno Tsipras. Bien por un
estrangulamiento de liquidez y sus consecuencias sociales si el Gobierno aguantaba
el tirón, bien por un incumplimiento de su mandato electoral que lo desahuciaba
políticamente si asumía la vuelta de tuerca de la Troika y el Eurogrupo.
La
patada al tablero que supuso la convocatoria del referéndum ha dado oxígeno
político al Gobierno pero no necesariamente allana el camino a un acuerdo que
es necesario, y que probablemente tenga más de un capítulo todavía. En todo
caso resultaría desalentador que un país que supone el 2% de la economía de la
UE no encontrase una salida viable que combine reformas necesarias (que por
cierto el propio Varoufakis planteó) con medidas que fomenten el crecimiento,
pues si no esto tiene pinta de ser aquello de nadar para morir en la orilla.
Recordar
que el PIB se ha recortado un 25%
durante la crisis, el desempleo ascienda casi al 26%, con un déficit público del
-2,5% PIB (España, -5,6%). Con un endeudamiento público del 176% del PIB, un endeudamiento
de las empresas del 66% del PIB (111%, España) y de los hogares del 96% (109%,
España).
Es
decir que el ajuste ha sido brutal, el esfuerzo de consolidación fiscal sin
precedentes, pero el endeudamiento sigue siendo enorme, especialmente en un
sector público que ha recibido las migajas de un rescate centrado en salvar el
sistema financiero y de forma indirecta los retornos a los acreedores. Lo prueba
el hecho de que la deuda griega con agentes privados ha pasado de 57,6 mil
millones de euros en 2011 a menos de 16 mil millones en 2014
El
Gabinete Económico de CCOO ha realizado una valoración del posible impacto de
la salida de Grecia del euro, de la que extraigo algunas notas
Riesgos y
mitigantes
· La salida de Grecia de la Eurozona –si
es que esta opción es posible dentro de la legalidad de los Tratados- tendría
graves repercusiones para la población griega (hiperinflación, dificultades de
financiación, falta de inversión, colapso del sistema bancario, aumento del
desempleo…) y un posible riesgo de contagio para los países que han recibido un
programa de asistencia financiera total o parcial (Portugal, Irlanda, Chipre y
España), o han visto elevarse mucho su prima de riesgo durante los momentos de
turbulencias en los mercados financieros internacionales (Italia).
· El riesgo de contagio podría mitigarse
por:
- La exposición a un default (impago) ya no está en los
bancos privados sino en los Estados, vía MEDE, BCE y FMI.
- El sector financiero europeo está más
saneado y recapitalizado, y la Unión Bancaria aumenta la confianza de los
inversores, si bien ésta dista aún de completarse (ni hay aun fondo privado de
resolución de entidades, ni Fondo de Garantía de Depósitos Europeo mutualizado…)
- El BCE cuenta ahora con instrumentos
como la compra de títulos de deuda en el mercado secundario, que podrían
emplearse para evitar aumentos excesivos de la prima de riesgo.
Coste
económico directo
· A finales de 2011, después del segundo
rescate a Grecia, su deuda externa con los países de la Eurozona era de 249.000
millones de euros, correspondiendo 58.000 millones a bancos privados y el resto
a los Estados miembro. A finales de 2014, la deuda con inversores privados se ha
recortado considerablemente (16.000 millones) y la deuda con los Estados ha
aumentado a 264.000 millones.
· Alemania es el país que, actualmente,
le correspondería asumir un mayor volumen de deuda griega en caso de salida,
cerca de 81.000 millones de euros, y el único con bancos privados con un nivel
de exposición apreciable, 10.000 millones; de ahí su interés porque la deuda se
pague. La deuda griega con España es de poco más de 26.000 millones y está
prácticamente toda en manos públicas.
· De producirse el Grexit, la deuda pública de los países de la Eurozona está en gran
parte en manos del Eurosistema y el BCE. No obstante, si se asignara en función
de la cuota de participación de cada país en las instituciones europeas se
produciría el aumento de las deudas públicas nacionales. En el caso español la
deuda aumentaría en un 2,5% del PIB, quedando en el 100,5% del PIB. Italia
sería el país más afectado, pues su deuda pública es, tras la griega, la más
elevada de la Eurozona (134%), aumentaría 1,8 puntos adicionales. (Portugal es
del 123% e Irlanda 108%).
Coste
económico indirecto
· El coste directo de una eventual
salida de Grecia puede ser manejable. Los costes indirectos derivados del contagio
son, sin embargo, los más preocupantes, pues de producirse una situación de
pánico financiero, la huida de capitales puede alcanzar cifras muy elevadas. El
monto total de los depósitos bancarios de hogares y empresas en España, Italia,
Irlanda y Portugal, suma 2,43 billones de euros.
· Otro aspecto a tener en cuenta es el
muy probable deterioro de la importaciones griegas tras su salida. Grecia
importa al año 60.600 millones de euros en bienes y servicios, fundamentalmente
de países de europeos. No obstante, el porcentaje de estas importaciones sobre
el PIB es pequeño para España 0,2%, y sólo significativo para Bulgaria (3,5%), Chipre
(1,2%) y Rumania (0,5%).
La
posición de dureza de los acreedores se puede basar por tanto en creer que las
consecuencias del Grexit son
manejables, pero hay incertidumbres al respecto, hay que valorar los riesgos
geopolíticos y además la fiabilidad del euro y sobre todo de una construcción
como la UE. Un espacio económico que demostraría una debilidad política
impensable en otras áreas como EEUU o China a la hora de manejar sus
desequilibrios internos.
P.D.: ¿Qué pensaría Obama si en su país un estado como Maryland que supone el 2,07% del PIB estadounidense, fuera su frontera con el oriente próximo, fuera susceptible de caer bajo influencia rusa, tuviera costa en el mar que separa una de las mayores brechas de renta del mundo, fuera base militar estratégica, y se le impulsara a salir de la Unión o bien se le obligara a aceptar una receta económica que los siguiera empobreciendo o provocara un éxodo de "marylandenses y marylandensas"?
No hay comentarios:
Publicar un comentario