Estamos asistiendo a una
mejora de las cifras de crecimiento económico y a la vez a una creciente
desigualdad social. Para CCOO este escenario no nos sitúa en la salida de la
crisis económica, en todo caso en el abandono de la recesión. Y no es lo mismo.
Recientemente hacíamos
público un pequeño informe en el que afirmábamos algo que puede resultar
contradictorio en apariencia. En los años que van desde 2009 a 2014 los salarios han
perdido peso en la economía y poder de compra. Sin embargo los acuerdos
salariales pactados en convenio colectivo han ganado poder adquisitivo
(ligerísimamente, eso sí). ¿Es esto posible?
Pues lo es. Porque la razón
fundamental de la bajada de los salarios es compleja. En primer lugar se ha
destruido proporcionalmente más empleo en sectores de producción que pagan
salarios más altos, por ejemplo en los industriales.
Por otro lado la
contratación es más precaria. Incrementa de forma importante las personas que
trabajan a tiempo parcial sin desear este tipo de contratos, y por tanto en
cierto modo también son personas “paradas
a tiempo parcial”.
Y no hay que perder de vista
que las últimas reformas laborales y de la negociación colectiva posibilitan
disminuir los salarios de una forma más sencilla para el empresario. Ahora
mismo y a nivel estatal, los sueldos de las personas con menos de un año de
antigüedad son el 69% del salario medio.
Todas estas dinámicas que se
dan en el mundo del trabajo hay que contrarrestarlas desde la acción y la
organización sindical. Los convenios sectoriales otorgan derechos al conjunto
de las y los trabajadores. Son condición necesaria para garantizar la cohesión
social y laboral. Pero siendo necesarios muchas veces no son suficientes y
exigen complementarse con la acción sindical en la empresa. No sólo en la gran
empresa sino en la mediana y pequeña, o en sectores tradicionalmente menos
sindicalizados. Ahí donde se dan las prácticas cotidianas de explotación,
vulneración de derechos, bajadas de salarios, incumplimientos de contratos,
etc.
Por otro lado la desigualdad
se traslada también a la sociedad. Las políticas de reducción de gasto público
o la insuficiente protección de la prestación de desempleo, están condenando a
la pobreza a cada vez más personas. Esto debe cambiarse. En Euskadi el papel de
la Renta de
Garantía de Ingresos es sumamente importante para paliar la exclusión social.
Recordemos que el 57% de las personas en paro en la CAPV no perciben prestación
de desempleo.
Por eso hemos promovido una
declaración en defensa de la RGI
y su dotación presupuestaria. Pero no basta con eso. El sindicato, con el
conjunto de las CCOO va a promover una Iniciativa Legislativa Popular para que
se regule por ley una prestación de ingresos mínimos en el Estado. Es necesario
incrementar el Salario Mínimo para que llegue en 2016 a los 800 euros y
se acerque al 60% del salario medio neto, tal y como recomienda la Carta Social Europea
suscrita por España.
También es necesaria una
revisión en profundidad de la prestación de desempleo. Tal como está concebida
no da respuesta a la nueva tipología del paro, donde el de larga duración es un
problema crónico del país. Incluso en las previsiones económicas más optimistas
la tasa de desempleo va a ser demasiado alta en los próximos años. No podemos
resignarnos a que tantas personas lo vayan a pasar tan mal durante mucho
tiempo.
La necesidad de reforzar al
sindicato en el centro de trabajo, como forma de extender la negociación
colectiva y hacerla extensible a la clase trabajadora que hoy no la siente como
referencia es la esencia del sindicalismo. La urgencia en mejorar el sistema de
protección social, dotarnos de un sistema de rentas mínimas garantizadas y
reforzar los que ya tenemos en Euskadi, es parte del papel sociopolítico que
CCOO aspira a representar.
A ellos tenemos que aplicar
nuestras energías en un momento en el que las prioridades políticas se sitúan
en otras partes, la agenda social es para CCOO de Euskadi absolutamente
prioritaria. Cambiar en signo de las políticas de austeridad y recorte es una
necesidad. Reforzar al sindicato en los centros de trabajo, también lo es.
Sindicato en la empresa y en la sociedad, en definitiva.
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