lunes, 17 de octubre de 2011
Mi aportación a la Conferencia de Donosti
Para CC.OO. de Euskadi son relevantes todas las iniciativas destinadas a promover una normalización de la vida política en Euskadi. Nuestras señas de identidad a este respecto como sindicato siempre han estado presentes. Somos un sindicato nacional y de clase que hemos rechazado inequívocamente la violencia de ETA y propugnamos una construcción del marco de autogobierno vasco en clave inclusiva.
De forma muy somera, algunas de nuestras percepciones sobre la sociedad vasca que procede enumerar porque tienen que ver con el modelo de normalización de la vida política en Euskadi, serían las siguientes:
• Euskadi es una sociedad democráticamente institucionalizada, con un nivel de autogobierno alto comparativamente y bien valorado por la sociedad.
• Euskadi rechaza de forma absolutamente mayoritaria el ejercicio de la violencia con finalidades políticas y observa con esperanza el momento que estamos viviendo.
• En Euskadi conviven diferentes sentimientos de adscripción nacional, en distintas intensidades, y que varían desde adscripciones únicas y nítidas, hasta adscripciones complejas.
• Estas adscripciones nacionales son un vector de alineamiento político (no el único) de gran arrastre en nuestra sociedad. Han determinado distintas opciones políticas que entienden de forma conflictiva el autogobierno vasco, al reivindicar una profundización del autogobierno o incluso un escenario de creación de un estado vasco.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Mensajes desde Vista Alegre
Fue un gran día el del sábado en Vista Alegre. Satisface ver un recinto así lleno hasta la bandera de sindicalistas venidos de todos los territorios de España. En Euskadi hicimos nuestra aportación después de una ronda de marchas por los territorios vascos en un proceso de movilización continua nada más llegar del verano.

Creo que son dos planteamientos complementarios que parten de un análisis de la realidad en términos parecidos a estos: la situación económica no va a repuntar en el corto ni probablemente en el medio plazo. Más bien al contrario, el enorme endeudamiento entre agentes económicos públicos y privados, la debilidad creciente de países sometidos a ajustes suicidas y la deficiente iniciativa política en el marco de la Unión Europea para asumir medidas y las consecuencias de la incobrabilidad de parte de lo que se debe, presagian escenarios de dificultad, por decirlo suavemente, en Europa.
Pese a ser esto así, o precisamente por ello, no podemos resignarnos a políticas miopes o a no-políticas. Ensimismados en la contienda electoral, la dialéctica política se basa en una apelación inconcreta a las “reformas”, en un recurso simplón y demagógico de los recortes como pócima mágica y única ante la crisis, o en ofertas electoralistas propias de las precampañas.
Partimos de una situación de atonía económica, unas administraciones públicas crecientemente endeudadas y algunas en situaciones dramáticas, una parálisis en la negociación colectiva, un flujo de crédito lastrado por los miedos y las precauciones previas a una probable re-capitalización de entidades financieras ante el desajuste de balances que se precipitará según se coagulen las crisis de deuda…
En el Estado Español el sector exterior es el único que mantiene el tipo, corriendo el riesgo de frenazo ante las expectativas poco optimistas de los compradores externos. El consumo privado ralentizado por la insoportable tasa de paro y la incertidumbre. El gasto de las administraciones públicas en caída libre producto de su deficiente financiación…En fin que el panorama no es halagüeño.
CC.OO. plantea una propuesta con varias piezas sobre la mesa. En primer lugar la necesidad de desbloquear la negociación colectiva en términos salariales razonables. Se trata de hacer compatible una recuperación del poder adquisitivo de millones de trabajadores (lo que incidiría en una mejora de la demanda interna) con no deteriorar la posición de concurrencia en el mercado global de las empresas que lo hacen. Guste o no el actual tejido productivo español tiene un segmento importante que debe competir en precio. Pero sin duda el factor salarial sólo es una variable más a la hora de fijar esos precios.
En compensación se plantea inducir los excedentes empresariales a la reinversión productiva. A través de las propias relaciones colectivas en la empresa podría abrirse un camino. Conociendo el tamaño real del tejido empresarial y las dificultades de hacerlo por esta vía, el Impuesto de Sociedades tiene que servir para recaudar parte de ese excedente en el marco de una reformulación de la política fiscal. Más recaudación de forma más progresiva, tratamiento más equitativo a las rentas procedentes de rendimientos de capital (hoy claramente privilegiadas frente al resto).
Conjuntamente se plantea actuar sobre precios de bienes importantes para el bolsillo de las personas con menos recursos como la energía o los transportes, donde el estado tiene capacidad de hacerlo. La contención de estos precios o tasas mejoraría el salario real disponible de millones de personas.
De forma paralela se plantea una Iniciativa Ciudadana para la defensa de los servicios públicos. En medio de una ofensiva privatizadora con pinta de ir a más. Ofensiva ideológica que se camufla bajo la apelación simplista a la necesidad de reducir a marchas forzadas el déficit público. En un momento de pendulazos de productos bursátiles, derivados financieros y mercados inmobiliarios, el gran pastel de los servicios públicos básicos aparece en las apetencias de la iniciativa privada.
Se trata de articular movimiento social ante elementos muy consolidados en la sociedad como son la defensa de los servicios públicos. El sindicato propone para ser una parte más del activismo político y social de la gente. Creo que es interesante porque presupone asumir de forma positiva la complejidad de la socialización de la gente, no sólo en el centro de trabajo. Debemos reforzar el papel del sindicato en la empresa con la misma convicción que interiorizamos que ni tenemos ni queremos exclusividad en la defensa de aspectos básicos de un estado social.
La propuesta está hecha. Se irá concretando y completando al conjunto de partidos del país, a los colectivos implicados en la defensa del sector público. A la sociedad en definitiva.
En Euskadi tenemos una realidad con algunos aspectos comunes y otros bastante matizables. Desde el tejido productivo hasta la competencia fiscal en las Diputaciones Forales. Por ello matizadas serán las concreciones de estas propuestas en nuestro país. En breve habrá noticias.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Apuntes sobre la posición de CC.OO. en la fusión de las cajas vascas
1. CCOO no comparte conceptualmente el modelo de fusión de cajas para integrar su actividad financiera en un banco. Los cambios en el marco legal y las directrices del Banco de España al hilo de las recomendaciones de Basilea III (bancos centrales de las principales economías del mundo) han impulsado un modelo demasiado rígido que desnaturaliza las cajas, sin tener en cuenta la buena posición en cuanto a niveles de riesgo y recursos propios que tenían algunas, incluidas las vascas.
2. No compartimos el modelo desde la legitimidad que nos da haber apoyado en 2.007 y 2.008 una fusión distinta. De cajas a caja. En otro contexto más favorable a una fusión que hiciera justicia a la situación y viabilidad de nuestras cajas. Con un pacto laboral de mucho alcance como llegamos a tener atado. No todos los actores intervinientes en este proceso tuvieron esa actitud. Recordemos que se situó en contra PSE, Izquierda Abertzale, PP, ELA y LAB. Ahora los dos sindicatos reivindicaban aquel modelo de fusión. Ahora…
3. Desde el inicio de este proceso de fusión, CC.OO. atisbó un pacto ya trabajado entre PNV, PSE y PP para apoyar el modelo de fusión. Evidentemente, al igual que las direcciones de las cajas. Un consenso amplio que garantizaba el SÍ a la fusión en BBK y Vital. No lo garantizaba en Kutxa.
4. CC.OO. de Euskadi tenía dos opciones. Una, situarse en la oposición “principista” a la fusión. Posición intrascendente en BBK y Vital pero que podía ser decisiva en Kutxa para evitar la integración de esta tercera en Kutxa Bank, que no la fusión entre la bizkaina y la alavesa que se hubiera hecho en todo caso. La segunda opción era tratar de utilizar nuestra posición como sindicato más representativo en las cajas así como nuestra presencia en las Asambleas para tratar de condicionar el proceso de fusión
5. En los máximos órganos de dirección del sindicato se decidió la segunda opción situando nuestras exigencias en la consecución de un pacto laboral, un marco de convenio de empresa que no excluyese a ningún trabajador, las mayores garantías posibles respecto al mantenimiento de la obra social, pautar los procedimientos que pudieran darse para la emisión de acciones garantizando la presencia mayoritaria de las cajas en el futuro consejo de administración, así como la presencia de la representación de los trabajadores en el mismo.
6. Paralelamente trabajamos con nuestra gente en las cajas explicando el recorrido de las negociaciones. Negociaciones con las cajas y con los partidos políticos. Inusitadamente duras en lo referido al pacto laboral.
7. Tanto lo referido a obra social como a la emisión de acciones tuvieron más fácil concreción. La posterior (¿o no tanto?) entrada de Bildu en escena ha puesto el foco en estas cuestiones que estaban consensuadas. Por no engañar a nadie, lo atado en el pacto bien atado está, pero no habíamos apreciado voluntad de modificar los porcentajes a la obra social y no había necesidad, ni urgencia, ni es el momento económico para emitir acciones con las que capitalizar Kutxa Bank en el corto plazo.
8. Con todo ni nos engañamos ni engañamos. Este modelo de fusión se hace para ganar tamaño y potencial económico, generar economías de escala y para poder acceder a capital privado llegado el caso. La obra social y la composición del accionariado dependerán de la evolución de los requerimientos y ratios de capital que se exijan por parte de los reguladores financieros.
9. El resultado final en estas circunstancias es bueno. Hay pacto laboral que regula elementos importantes en la integración de las tres plantillas en una nueva empresa. Hay un compromiso bastante amplio respecto al mantenimiento del “dividendo social” de las cajas y la presencia mayoritaria de la representación de las cajas en el consejo de administración
10. La fusión ha acabado por tener una derivada política importante: la incorporación de Bildu pasando del rechazo frontal de la Izquierda Abertzale a esta y las anteriores fusiones, a apoyar la que más desnaturaliza la génesis en la idea de caja de ahorros. No olvidemos que LAB se paseaba este mes de Agosto por las playas de Gipuzkoa con un incendiario panfleto contra la fusión… Times are changing
11. Creo que CC.OO. ha demostrado que sabe flexibilizar sus posiciones para hacer útiles nuestros espacios de influencia y nuestra capacidad contractual en cualquier situación. Trabando una alianza sindical que representa una amplía mayoría sindical en Euskadi y en el conjunto de las cajas. A parte de CCOO, Pixkanaka y el Grupo Independiente de la Vital ninguno de los intervinientes en este proceso de fusión ha tenido entre sus prioridades lo referido a las condiciones laborales de las plantillas.
12. Los últimos flecos de la negociación han sido surrealistas con dos organizaciones sindicales (ELA y LAB) tratando a cualquier precio que no hubiera pacto laboral después de una prolongada siesta en estos últimos meses. Entiéndase bien. No que hubiera otro pacto laboral mejor aprovechando la posición de fuerza que pudieran ejercer a través de Bildu. No, no. Que no hubiera pacto laboral alguno, que las tres plantillas se integraran en la nueva empresa sin cerrar temas de movilidad, evitar que los excedentes supongan despidos o medidas traumáticas, garantizar que las prejubilaciones no tengan un coste para las arcas públicas...
13. Ahora vendrán con la monserga del ámbito vasco o estatal. Traduzco lo que quieren decir: exclusión de parte de la plantilla de la empresa del marco regulador de condiciones laborales (convenio colectivo). Sí, eso piden dos sindicatos “de clase”. Que el convenio no se aplique al 40% de la plantilla ¿La razón? Que no computen a la hora de determinar la representación sindical que democráticamente se elija en cada elección…
2. No compartimos el modelo desde la legitimidad que nos da haber apoyado en 2.007 y 2.008 una fusión distinta. De cajas a caja. En otro contexto más favorable a una fusión que hiciera justicia a la situación y viabilidad de nuestras cajas. Con un pacto laboral de mucho alcance como llegamos a tener atado. No todos los actores intervinientes en este proceso tuvieron esa actitud. Recordemos que se situó en contra PSE, Izquierda Abertzale, PP, ELA y LAB. Ahora los dos sindicatos reivindicaban aquel modelo de fusión. Ahora…
3. Desde el inicio de este proceso de fusión, CC.OO. atisbó un pacto ya trabajado entre PNV, PSE y PP para apoyar el modelo de fusión. Evidentemente, al igual que las direcciones de las cajas. Un consenso amplio que garantizaba el SÍ a la fusión en BBK y Vital. No lo garantizaba en Kutxa.
4. CC.OO. de Euskadi tenía dos opciones. Una, situarse en la oposición “principista” a la fusión. Posición intrascendente en BBK y Vital pero que podía ser decisiva en Kutxa para evitar la integración de esta tercera en Kutxa Bank, que no la fusión entre la bizkaina y la alavesa que se hubiera hecho en todo caso. La segunda opción era tratar de utilizar nuestra posición como sindicato más representativo en las cajas así como nuestra presencia en las Asambleas para tratar de condicionar el proceso de fusión
5. En los máximos órganos de dirección del sindicato se decidió la segunda opción situando nuestras exigencias en la consecución de un pacto laboral, un marco de convenio de empresa que no excluyese a ningún trabajador, las mayores garantías posibles respecto al mantenimiento de la obra social, pautar los procedimientos que pudieran darse para la emisión de acciones garantizando la presencia mayoritaria de las cajas en el futuro consejo de administración, así como la presencia de la representación de los trabajadores en el mismo.
6. Paralelamente trabajamos con nuestra gente en las cajas explicando el recorrido de las negociaciones. Negociaciones con las cajas y con los partidos políticos. Inusitadamente duras en lo referido al pacto laboral.
7. Tanto lo referido a obra social como a la emisión de acciones tuvieron más fácil concreción. La posterior (¿o no tanto?) entrada de Bildu en escena ha puesto el foco en estas cuestiones que estaban consensuadas. Por no engañar a nadie, lo atado en el pacto bien atado está, pero no habíamos apreciado voluntad de modificar los porcentajes a la obra social y no había necesidad, ni urgencia, ni es el momento económico para emitir acciones con las que capitalizar Kutxa Bank en el corto plazo.
8. Con todo ni nos engañamos ni engañamos. Este modelo de fusión se hace para ganar tamaño y potencial económico, generar economías de escala y para poder acceder a capital privado llegado el caso. La obra social y la composición del accionariado dependerán de la evolución de los requerimientos y ratios de capital que se exijan por parte de los reguladores financieros.
9. El resultado final en estas circunstancias es bueno. Hay pacto laboral que regula elementos importantes en la integración de las tres plantillas en una nueva empresa. Hay un compromiso bastante amplio respecto al mantenimiento del “dividendo social” de las cajas y la presencia mayoritaria de la representación de las cajas en el consejo de administración
10. La fusión ha acabado por tener una derivada política importante: la incorporación de Bildu pasando del rechazo frontal de la Izquierda Abertzale a esta y las anteriores fusiones, a apoyar la que más desnaturaliza la génesis en la idea de caja de ahorros. No olvidemos que LAB se paseaba este mes de Agosto por las playas de Gipuzkoa con un incendiario panfleto contra la fusión… Times are changing
11. Creo que CC.OO. ha demostrado que sabe flexibilizar sus posiciones para hacer útiles nuestros espacios de influencia y nuestra capacidad contractual en cualquier situación. Trabando una alianza sindical que representa una amplía mayoría sindical en Euskadi y en el conjunto de las cajas. A parte de CCOO, Pixkanaka y el Grupo Independiente de la Vital ninguno de los intervinientes en este proceso de fusión ha tenido entre sus prioridades lo referido a las condiciones laborales de las plantillas.
12. Los últimos flecos de la negociación han sido surrealistas con dos organizaciones sindicales (ELA y LAB) tratando a cualquier precio que no hubiera pacto laboral después de una prolongada siesta en estos últimos meses. Entiéndase bien. No que hubiera otro pacto laboral mejor aprovechando la posición de fuerza que pudieran ejercer a través de Bildu. No, no. Que no hubiera pacto laboral alguno, que las tres plantillas se integraran en la nueva empresa sin cerrar temas de movilidad, evitar que los excedentes supongan despidos o medidas traumáticas, garantizar que las prejubilaciones no tengan un coste para las arcas públicas...
13. Ahora vendrán con la monserga del ámbito vasco o estatal. Traduzco lo que quieren decir: exclusión de parte de la plantilla de la empresa del marco regulador de condiciones laborales (convenio colectivo). Sí, eso piden dos sindicatos “de clase”. Que el convenio no se aplique al 40% de la plantilla ¿La razón? Que no computen a la hora de determinar la representación sindical que democráticamente se elija en cada elección…
martes, 6 de septiembre de 2011
No podemos gastar lo que no tenemos
Ha sido la frase más escuchada para justificar la reforma constitucional que limita de forma drástica la posibilidad de déficit público. La frase, que parece de abuela bienintencionada, esconde un cinismo argumental curioso.
Porque la cuestión no está en gastar más de lo que se tiene. Se trataría en todo caso de no gastar más de lo que se vaya a poder pagar. Y el cambio es sustancial. La cuestión sería si “no gastar más de lo que se tiene” (déficit cero o casi) va a tener un efecto negativo sobre el crecimiento y por tanto sobre ese “lo que se va a poder pagar”. Que lo tiene. Porque la garantía de solvencia de un país vendrá o no de la evolución de la economía productiva, la generación de empleo y de recursos. Y las políticas de activación económica que puedan co-impulsar las administraciones públicas necesitan de márgenes para, a veces, asumir déficits públicos.
Cierto es que el déficit conlleva que para ajustar ingresos y gastos o se recauda más, y/o se gasta menos, o/y se financia la diferencia (pedir prestado pagando intereses). ¿Qué se está haciendo? Incrementar el ingreso a través de imposición directa (por ejemplo el IVA); no explorar el incremento de la base o la presión fiscal de rentas altas y rendimientos de capital; financiarse pagando un alto precio por la presión especulativa sobre las emisiones de deuda, la descohesión política europea y la menor credibilidad comparada entre los países periféricos y los centrales; reducir drásticamente gasto… Y para colmo se plantea un dogma preventivo que dificultará hacer políticas contra los ciclos económicos bajistas.
Pero iba a lo del cinismo del argumento. Porque con el presunto adagio del título cualquiera diría que el recurso al endeudamiento fuera una bicha a evitar a toda costa. Y uno mira hacia atrás y se hace cruces.
Precisamente porque si algo caracteriza la situación actual es el enorme endeudamiento que arrastran empresas, familias, entidades financieras y estados. Deuda mayormente privada, no olvidar, y además fomentada y celebrada como auténtica boda de Canaan que demostraba que la desregulación financiera y la creación de derivados financieros podía hacer real la multiplicación de los panes y los peces
El milagro español de los últimos noventa y primer lustro y pico del siglo XXI no se puede entender sin el papel del crédito y del endeudamiento masivo y con alegres ponderaciones del riesgo ligado en buena parte a la burbuja de la vivienda y su construcción. Créditos concedidos por entidades financieras cercanas que a su vez se financiaban pidiendo ese dinero a otras entidades financieras menos cercanas. Las ponderaciones de riesgo por tanto no sólo se hicieron alegres en los efluvios del Rioja o el Jerez, sino en cervezas bávaras o Borgoñas franceses…
Estados Unidos ha convivido con grandes déficits comerciales y por cuenta corriente (de capitales). Además, cachondos como son, promovieron bajadas de impuestos e incrementos brutales de gasto público, más que en hospitales en política exterior e intervenciones militares que fortalecen su hegemonía geopolítica mundial. ¿Cómo resolvieron la encrucijada, léase un déficit de caballo? En efecto, endeudándose como si no hubiera mañana. Dólar como valor refugio, fortaleza de la primera económica del mundo, hegemonía mundial… lo que se quiera, pero déficits y niveles de deuda hasta sobrepasar su propio PIB anual.
¿Se trata de defender la bondad del déficit y el endeudamiento? Evidentemente, no. Se trata de que los compromisos de equilibrio presupuestario no pueden ser tan rígidos como para impedir jugar con políticas fiscales y de gasto con los que hacer frente a algunas situaciones económicas de debilidad de demanda o de inversión privada.
¿Qué puede haber detrás de un planteamiento ideológico y político que asume el recurso a endeudarse por los entes privados como un acelerador formidable del crecimiento económico y sin embargo los estados deben constitucionalizar un continuo equilibrio de cuentas en cualquier circunstancia?
Lo dejo a su consideración y opinión.
sábado, 27 de agosto de 2011
Consideraciones desordenadas sobre la constitucionalización del no-déficit
La limitación por norma constitucional del déficit público ha sacudido la política del país. A bote pronto se me ocurren tres reflexiones:
Una, relacionada con un hecho que cada vez parece más claro. Entre unas cosas y otras, se ha terminado por instalar la idea de que el eje de bóveda de la actuación anticrisis es la austeridad presupuestaria, consolidación fiscal, equilibrio presupuestario. De fondo una percepción equivocada y perversa: estamos en la que estamos por manirrotos gastadores de dinero… público. Han conseguido que una crisis de sobreendeudamiento fundamentalmente privado, financiarización económica y desregulación de mercados se perciba socialmente como una crisis de despilfarro publico.
La segunda, el fondo y la forma de la reforma suenan a una especie de réquiem por la política, por no decir por la construcción política de Europa y hasta por la soberanía de los distintos espacios de poder público de los que nos hemos dotado.
La tercera, con todo y con esto, me da que es una reforma difícilmente constitucionalizable y llegado el caso de casi imposible aplicación.
Intentaré explicar las tres reflexiones a trazos gestálticos, como los impresionistas. O sea a pinceladas desordenadas que al final se supone que definen algún tono o alguna forma. Veremos.
Sobre el déficit. El déficit público es una consecuencia de la crisis, y no el causante de ésta. En el cierre de 2007 España tenía un superavit público superior al 2% del PIB. 24 meses después superaba el 11% de déficit. ¿Por qué? Sobre todo por la caída de actividad económica (más paro, menos demanda…) y la brutal caída de recaudación.
No se trata de hacer apología del déficit. El déficit sale caro. Cuando un país tiene un déficit de ese calibre, está claro que tiene un problemón. Tiene que reducirlo, y mientras lo reduce, necesita financiarlo para cubrir sus necesidades en los plazos cortos y medios. Para ello, o incrementa la recaudación o se endeuda. Emite deuda por la que tiene que pagar un interés.
Cuando se emite deuda pública, los países con peores perspectivas económicas tienen que pagar más caro para colocar la suya, y además se están dando movimientos de carácter especulativo para que los inversores que pueden adquirirla obtengan la máxima rentabilidad. A costa claro, de un mayor pago por esos recursos que el emisor de deuda necesita, lo que le puede estrangular en los plazos cortos o hacer casi quebrar en los largos. Cosas del "dejar hacer" liberal, la autorregulación.
Sin embargo una norma legal que impida dogmáticamente mantener un déficit público reconducible en el futuro, está lastrando la propia capacidad del estado de hacer política económica anticíclica (estimulando la demanda cuando la privada cae o la economía se estanca); también de mantener redes de protección social que hagan frente a las consecuencias de la crisis (paro y pobreza). En el fondo se está condenando a mantener un déficit futuro, no sólo fiscal, sino social. El gran problema de España es su paro, la composición de su tejido productivo, la productividad de una economía que se ha basado excesivamente en elementos con píes de barro. Eso está determinando el déficit.
Se puede hacer un ejercicio de hipótesis. Con la norma que impidiera mantener déficits públicos (en los términos y estructura legal que se determine): ¿qué hubiera tenido que hacer el Estado Español en los 24 meses en los que sus cuentas públicas sufrieron un pendulazo de más de 13% del PIB pasando de 20.000 millones de superávit a 117.000 de déficit? ¿Reducir su gasto público en esos términos hasta el equilibrio presupuestario? ¿Qué consecuencias sociales hubieran tenido esas medidas? ¿Y económicas? ¿Hasta dónde y cuándo hubiera llegado una recesión de detraer de la economía esos recursos?
Sobre Europa y la política. En una entrada anterior traté de hacer un relato simple sobre la relación en la UE entre la canalización de crédito de las entidades financieras de los países centrales a las de los llamados periféricos. Cómo esto había generado un crecimiento basado en endeudamientos muy altos (en el caso de España con un bien colateral como la vivienda y su precio como elemento clave de este proceso). Y sobre todo, cómo se habían compartido responsabilidades entre los actuales acreedores y deudores, lo que obligaba a alguna forma de mutualización de la respuesta al colapso de esa sobredosis de flujo de crédito.
En ese sentido debían ir medidas como la creación de fondos que pudieran adquirir deuda pública o la emisión de eurobonos, con la idea de aliviar la presión especulativa sobre las deudas soberanas, e impedir que el servicio de la misma (su pago) estrangule el crecimiento futuro de los países (lo que incidirá en su viabilidad de mañana, claro…).
Aquí se va por la línea contraria: A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Construcción europea para canalizar ahorro y capital acumulado a través de crédito con el que dar salida a la capacidad productiva propia. Deconstrucción europea cuando el motor se ha gripado, y toca hacer el control antidoping de la EPO que con alegría se prestó en base a burbujas inmobiliarias y a excesiva laxitud al evaluar riesgos. Digno de estadistas.
Las deudas entre entidades financieras y entre estados e inversores es de tal calibre que todo el mundo es consciente que no va a cobrar todo lo que le deben. Hay un artículo del profesor Arriola que lo explica bien. En ese proceso de quitas futuras mientras se retrasan, se está produciendo una recomposición económica, política e ideológica de consecuencias imprevisibles.
Este tipo de medidas que nos ocupa, impuestas, sugeridas o paulinamente sobrevenidas van en esa direccion, me temo. O al menos pretenden un chantaje irresponsable sobre los estados a cambio de hacer lo que al final tocará hacer si no se quiere que todo el entramado EUROpeo se venga abajo. Es lamentable que se pretenda tener un espacio económico común y lejos de avanzar en su institucionalización política se estén dando pasos reaccionarios en ese sentido: instaurar y constitucionalizar una práctica que exige abrazar el neoliberalismo como ideología de gobierno necesaria es algo que me cuesta creer que se haya evaluado suficientemente. Un error grave, diferido en el tiempo, pero probablemente la medida más estructural y peligrosa que se ha tomado, porque no sólo debilita el estado social en el difícil tránsito de la crisis. Pretende jibarizar la actuación pública con o sin crisis.
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