jueves, 2 de mayo de 2013

El "flashback" del metro de Valencia y la Operación Puerto

(Opinión absolutamente personal, eso sí, transferible)


Programa de TV. Salvados. Accidente del metro de Valencia en el año 2006. 43 muertos. Testimonios de personas que participaron en una comisión de investigación “concertada” y que desvelan datos escandalosos de ser ciertos. Una representante de la asociación de víctimas reflexiona, amarga y certeramente, sobre la reacción popular que hoy, en 2013, una actitud como la de la empresa del metro y la Generalitat hubieran provocado.

Sentencia de la operación Puerto. Supuesta red de dopaje en el deporte con conexiones internacionales. Investigación iniciada en el 2006. Sentencias de condena mínimas a algunos procesados y absoluciones al resto. Delito contra la salud pública. La legislación española sobre dopaje en el deporte no penaba entonces actuaciones como las que se derivan del caso. Visto 6 años después suena irreal. Pero no hay mejor metáfora de lo que ocurrió en un tiempo y en un país (más de uno, es cierto) que el doping alterando artificialmente el resultado que la producción física real no es capaz de dar.

El flashback es una técnica narrativa que retrotrae la narración temporal a un acontecimiento pasado. Útil para situar en la configuración del presente la situación pasada.

En el 2013 de los escraches, las mareas, el “no nos representan” y la indignación, aparece el accidente oculto, manipulado, disimulado por el despotismo incontestado del poder. Sin vertebración cívica que le cuestionara. Sin pedir respuestas que emborronaran el borbotón de crédito, el doping financiero, las bellas y faraónicas inutilidades calatravenses.

En el 2013 donde las dietas, los sueldos, los sobre-sueldos, los liberados, los asesores, las diputadas, las mamandurrias se embarullan voluntaria o torpemente, confundiendo el grano y la paja. El nepotismo se mezcla con el propio sostén logístico de la democracia. Terreno abonado para populismos.

Debiera retumbar una pregunta ¿Dónde estaba/s tú/yo entonces? Es fácil decir que todos son iguales, que dónde han estado los sindicatos, que vaya vergüenza, que todos a robar, que no creo en nada y que yo no sabía…

Sí. Sí se sabía. Y se dejaba hacer. Claro que la culpa no fue de todos, ni que se vivió por encima de las posibilidades porque todo aquello fue una posibilidad; y muy incentivada, por cierto. Los que ahora cínicamente recetan ricino y hacen controles de alcoholemia fueron los expendedores de alcohol de entonces. Es cierto. Y ellos sí sabían lo que hacían.

Pero no vendría de más que este flash-back sirviera para recordar aquel hedonismo consumista, aquella sociedad desvertebrada y orgullosa de estarlo. Aquella adormidera social de apoliticismo, individualismo y porque yo lo valgo. Aquellos esperpentos que gobernaron ayuntamientos, concejalías de urbanismo y otros gobiernos. Y no olvidar donde estaba, donde estuvimos cada uno. Porque fue ayer mismo.

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