Hace años, el entonces alcalde de Madrid Álvarez del Manzano se refería a una vieja idea, más o menos esperpéntica, de crear un manifestódromo en la que los agraviados que en el mundo son, pudieran dar rienda suelta a sus quejas, súplicas o fobias. Una idea para conjugar los derechos de los manifestantes, con la circulación ya de por sí saturada de la urbe.
En otros tiempos, arquitectos, ingenieros y obreros hubieran sido necesarios para crear tal recinto. Con el devenir que han adquirido ciertas manifestaciones, hoy en día hablaríamos de una obra de ingeniería que haría palidecer a nuestro TAV. Habría que habilitar parroquias para los obispos que 2000 años después encuentran motivos para manifestarse, pequeños zoológicos, para los toros con testiculario al viento impresos en banderas y que hemos visto en manifestaciones por la educación de los hijos de la patria, o para aguiluchos imperiales en defensa de las libertades y la caspa.
Pero la madre de todas las cuestiones sería la del aforo. Meter 2 millones y medio de personas (los que según la Comunidad de Madrid había en la última manifestación del PP) en una superficie tirando por lo alto de 100.000 metros cuadrados hace tambalear la ciencia, la física y la propia lógica. No digamos la arquitectura
Buceando por Internet me he enterado que existió un tal Euclides, cuyas ideas suponían que un punto no tiene tamaño y una línea es un conjunto de puntos que no tienen ni ancho ni grueso. Fascinado, he pasado a la teoría de la relatividad de Einstein, y su noción de transformación de las leyes de la física en función de los observadores. En este punto he entendido los problemas de Esperanza Aguirre para llegar a fin de mes.
Pero aún así, meter a toda la población de Euskadi en poco más del doble del próximo San Mamés es algo que me tiene sin dormir. 20, 25 ,30 personas por metro cuadrado. Si la Comunidad de Madrid y nuestra rigurosa oposición lo dice, será verdad. Y ahí me he dado cuenta. En las manifestaciones iban castellers, esas torres de decenas de personas que acaba coronando un niño que regularmente se pega un leñazo. Tradición de la Catalunya profunda ¿Quién dijo que la derecha española es intolerante, conservadora, contraria a la pluralidad…?
2 comentarios:
querido gánster del blogglob;
¿¿¿¿-Tódromos?????
Y ¿qué te parece? no habitamos el mismo país. Aunque tengo pasaporte del reino de España ¿eh?. Te intuyo nostálgico de movimientos pasados, Unai.
Hace una semana me debatía entre la risa y el estornudo cuando mi primo (28 años, gallego de adopción) me contaba que jóvenes de su pueblo se manifestaron enloquecidos por el cierre de cuatro baretos nocturnos.
tódromo, tódromo... tódromo???
cuando te encuentres otros tantos -o más- movidos por necesidades generales o el subidón del euríbor me llamas eh? Que si hay que ampliar plaza en Bilbao o donde sea, la moi te ayuda colocar la primera piedra... (o a tirarla...)
un beso guapo, me alegra leer algo tuyo.
Confiais demasiado en el género humano... Nunca verán vuestros ojos una manifestación por el "subidón del Euribor"; aquí en Bilbao como mucho por la "subida de banderas", "subida del precio del kalimotxo" o "subida a Begoña en peregrinación a la Virgen"...
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