viernes, 31 de agosto de 2007
viaje sin nosotrooos...
Reconozco que para estas cosas yo soy un poco tirando a paleto, pero últimamente me quedo extasiado delante de la pantalla del ordenador cuando trasteo con un programa llamado Google Earth. Para quien no lo sepa es un programa informático que le permite visualizar pueblos, ciudades, imágenes, planos, calles de cualquier punto del planeta incluso en tres dimensiones.
Si el Euribor les ha convencido de que en vacaciones como en Bilbao en ningún sitio, les propongo que hagan un viaje virtual del uno al otro confín.
De la pirámide de Keops en Egipto, en las cercanías de El Cairo y rodeadas de desierto; del vergel del Nilo y de hoteles con piscina y vistas a las pirámides, a los fiordos noruegos, brazos de mar de cientos de kilómetros que ni Bilbao Ría 2000 sería capaz de llenar de farolitas y carriles bici.
No es mal ejercicio vacacional relativizarse a uno mismo y lo que le rodea en la inmensidad, variedad y colorido del planeta. Del rojizo casi marciano del Irak cementerio, al verde intenso y sorprendente de buena parte del África hambrienta.
Ver que la extensión de Bilbao es un pequeño barrio arrabalero de Méjico DF o que nuestro mismísimo San Mamés aunque le pintemos de colorines no se ve en cuanto se sube unos metros la visión, puede servir para practicar el más sano de los deportes: el de no tomarse demasiado en serio ni a uno mismo.
Si nos vamos de vacaciones pensando que la fricción entre dos placas tectónicas provocaron las cordilleras, o que valles incomunicados fueron creados por la tierra y las piedras que arrastraron deshielos de miles de años, quizás dejemos de entendernos como descendientes necesarios de razas, intrahistorias o fes, y nos veamos como una contingencia accidental que ocurrió como pudo no ocurrir.
Vivir sin una razón anterior o como si Dios no existiese. En Septiembre volveríamos y quizás nos matásemos menos o quizás como la cocaína demasiado pura, nos entrase una sobredosis de vértigo a la propia libertad. No sé. Por si acaso, aprovechen las vacaciones, aunque sean delante del ordenador.
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