miércoles, 10 de junio de 2015

Matices y añadidos a la información de El Correo




El espacio y la necesidad de síntesis, concilian mal con el matiz y las explicaciones que requieren más de un mensaje simple. El titular de la información que hoy aparece en El Correo "CCOO y UGT llevarán el acuerdo de Madrid a las mesas de negociación de Euskadi" refuerza la idea de réplica mimética de los contenidos de tal acuerdo en las mesas de Euskadi. Y no es esa la orientación que CCOO ha querido transmitir.


Nuestra idea es que el acuerdo estatal podría ser una palanca muy positiva para dotarnos de criterios compartidos que traslademos a las mesas de negociación de los convenios. Pero la traslación mimética no tiene recorrido por varias razones.

En primer lugar. El acuerdo "de Madrid" es un acuerdo que va más allá del pacto salarial al que se suelen referir los medios de comunicación. Recoge orientaciones y redacciones sobre temas de muchísimo calado (contratación, actuaciones ante la reestructuración de empresas, empresas en red, sustituir inercias de ajuste vía despidos por otras de flexibilidad interna, etc.)Y esto es así porque el acuerdo parte de un concepto tan valioso como poco valorado en la discusión pública. 


El concepto es el valor de la negociación colectiva como espina dorsal del sistema de relaciones laborales. La negociación sectorial como elemento "estructurante" del sistema de convenios. Este valor del III ANC pretende contrarrestar la deriva de dispersión e individualización que propugna la reforma laboral (y que por cierto, ayer volvía a defender el FMI). Esa idea de ruptura de la negociación colectiva entendida como aquella que debe dar cobertura al conjunto de los trabajadores desde los ámbitos generales sectoriales, hasta concretar en los ámbitos de empresa y de centro de trabajo la negociación de las materias que le son propias.

Claro, ese modelo exige una condición que conduce  a otra. La primera, es un mínimo consenso previo en que ese modelo de amplía cobertura sectorial "articulada" con la negociación de empresa, es el deseable. O sea, que haya marcos generales de convenio colectivo que afecten al
conjunto de empresas y personas que trabajan en un sector.

En consecuencia, la segunda condición, es que mayorías sindicales y patronales deben apostar por dar salida a acuerdos intersectoriales, sectoriales y llegado el caso de empresa. Porque ese valor "cualitativo" del acuerdo desarrolla su potencialidad cuando es de aplicación general.

Y ese escenario es el que quiebra en Euskadi. La esquizofrenia patronal por un lado, y parte del banco sindical por otro no están de acuerdo en ese esquema, lo que augura poco recorrido a ese valor cualitativo tan importante del acuerdo.

En el plano puramente salarial la pregunta suele se:r ¿Os sirve el 1% para el 2015 y el 1,5% para el 2016? Y las respuestas suelen ser dos, no una.

Primera. El acuerdo no dice sólo eso de "hasta el 1% y hasta el 1,5%". Recoge una cláusula de garantía de mejora del poder de compra de los salarios para los años 2015-2016, por tanto necesariamente relacionada con la evolución de precios. Dice "los convenios negociados conforme a las anteriores directrices deberán tener en cuenta que el sumatorio de los salarios de 2015 y 2016 será mayor a la suma de las inflaciones de ambos años".

Habla de modulación en función de las circunstancias específicas decada sector o empresa, y en concreto en el caso de las empresas habla de "determinar incrementos retributivos adicionales, siempre que se establezcan en base a indicadores cuantificados, medibles y conocidos por ambas partes negociadoras". Poco que ver con la desleal y ridícula interpretación de Garamendi (CEPYME) -se puede negociar desde menos infinito hasta el 1%-  avalada por la interesada visión de algún sindicato nacionalista hablando de acuerdo que "topa" el incremento salarial posible.

Segunda: teniendo en cuenta que estamos en inflación negativa, y que el incremento medio de los convenios efectivamente vigentes en Euskadi es del 0,63%, por supuesto que el 1 y el 1,5% pueden servir para desbloquear negociaciones de convenios sectoriales muy relevantes.

Tenemos una dificultad añadida. El bloqueo en la negociación de muchos convenios durante años. El problema en Euskadi no es de ahora, ni consecuencia de la reforma laboral. Dejar 2, 3, 4 ó más años los convenios bloqueados ya ocurría antes de 2012 y formaba parte de la estrategia de ELA. Sólo que ahora las consecuencias son potencialmente más graves.

Pero sin duda, si vemos en el lienzo titulado "criterios compartidos" el conjunto de trazos aquí dibujados (elementos cualitativos sin mayorías son difíciles aunque algunos abordables, los salariales no se refieren sólo al 1 y 1,5% sino que hay más elementos, y entre ellos, como resolvemos la negociación atrasada) estaríamos en un escenario de acuerdos posibles y estamos convencidos, apoyados por la gran mayoría de las y los trabajadores vascos, especialmente aquellas que ven peligrar sus convenios colectivos.

Los acuerdos posibles no van a resolver los problemas existenciales de la negociación colectiva en Euskadi mientras no varíe la correlación de fuerzas. Pero sin ellos, el riesgo de disolución de nuestros convenios es casi una certeza. Entre no dogmatizarse en la autoafirmación existencial de cada uno, y el agustiniano "yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo" que caracteriza a la patronal vasca, hace falta un término medio. ¿Existe? Serias dudas.

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