La Diputación Foral de
Álava manifiesta su intención de rebajar impuestos. Hablan de no tocar el
Impuesto de Sociedades e incluso de aumentar deducciones (supongo que pagar el
11 ó el 15% sobre beneficios les parece demasiado). También de una deducción
adicional de 600 euros por contratación nueva en un año. Y dicen, con la
alegría despreocupada de quien marca perfil político: "Si se crean mil empleos supondrán 600.000 euros, pero las ventajas serían
mucho mayores porque la Diputación ingresa una media de 4000 euros por
trabajador en activo"
Melonada al canto. Los empleos no se van a crear porque se bonifiquen con 600 euros sino si hay una demanda solvente que requiera de producción y por tanto de contratación rentable para la empresa. El efecto de esos 600 euros en la rentabilización de esa contratación es marginal como todo el mundo adivina fácilmente. Sino, sería tan sencillo como pagar 600 y recibir 4000. ¿Qué hacemos con esta tasa de paro????
Si esos 600.000 euros se destinaran a mejorar algún tipo de prestación de algún colectivo desfavorecido con mucha probabilidad tendrían propensión a ser consumidos. Esto tendría un efecto sobre la actividad económica y eso sí podría impulsar (ligeramente tampoco nos volvamos locos) el empleo.
En el primer caso hablamos de una subvención empresarial. En el segundo de una subvención social. El primero aplaudido como dinamizador económico. El segundo criticado como lastre económico.
¿Es ideología o no es ideología?
Melonada al canto. Los empleos no se van a crear porque se bonifiquen con 600 euros sino si hay una demanda solvente que requiera de producción y por tanto de contratación rentable para la empresa. El efecto de esos 600 euros en la rentabilización de esa contratación es marginal como todo el mundo adivina fácilmente. Sino, sería tan sencillo como pagar 600 y recibir 4000. ¿Qué hacemos con esta tasa de paro????
Si esos 600.000 euros se destinaran a mejorar algún tipo de prestación de algún colectivo desfavorecido con mucha probabilidad tendrían propensión a ser consumidos. Esto tendría un efecto sobre la actividad económica y eso sí podría impulsar (ligeramente tampoco nos volvamos locos) el empleo.
En el primer caso hablamos de una subvención empresarial. En el segundo de una subvención social. El primero aplaudido como dinamizador económico. El segundo criticado como lastre económico.
¿Es ideología o no es ideología?
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